El 3 de junio de 1992 una niña de 12 años llamada Severn Suzuki a los 10 años fundó ECO ( Environmental Childrens Organization ). Con un grupo de amigos en Vancouver, se desplazó, junto a un grupo de niños (Vanessa Suttie, Morgan Geisler, Michelle Quigg) pertenecientes a ECO , desde Canadá hasta la Conferencia de Medioambiente y Desarrollo "The Earth Summit" celebrada por la ONU en Río de Janeiro. Una vez allí y ante las atónitas miradas de los asistentes, leyó este maravilloso discurso que dejó en silencio sepulcral a toda la concurrencia durante algo más de seis minutos. Han pasado 17 años y nada parece haber cambiado. Quizá sólo fue un bonito discurso que arrancó acalorados aplausos, como frecuentemente nos acostumbran algunos políticos y mesiánicos. Da que pensar y mucho...
4 comentarios:
¿De veras fue en el 92?. Jo Manu, cómo pasa el tiempo, si me dices que fue en 2002 también te hubiera creído.
Recuerdo aquél episodio de tan enorme impacto como escasa repercusión. Así es, y creo que el día que se intente hacer algo, puede ser tarde.
Escribí un post en el que cité al Club de Roma, que hace ya más de 3 décadas nos advertía sobre el desastre medioambiental y socioeconómico que se nos vendría encima si no poníamos medidas. A veces pienso si será tan descabellado plantearse un mundo en el que el trabajo de mucha, muchísima gente, consista en proteger el medio, en investigar sobre energías renovables y reciclaje, en todas esas cosas. Con inteligencia eso podría ser económicamente productivo, pero como lo fácil es quemar petróleo por millones de toneladas... pues creo que hasta que no acabemos con la última gota, nadie se replanteará la actividad humana sobre el único planeta que es capaz de acogernos. Nuestra Tierra.
Tu ínsula no es ya sólo un sitio para escribir minis, haikus, aficiones y aflicciones, también estás planteando temas de vital importancia, con muy buen criterio. Mis felicitaciones.
Tienes toda la razón Javi.Si cada uno de nosotros plantara su pequeña semilla, si cada uno de nosotros hiciera un pequeño gesto a favor de conservar nuestro patrimonio natural, empezarían a cambiar las cosas. De acuerdo que se necesitan grandes medidas económicas y grandes voluntades políticas globales para frenar las muchas barbaridades que en nombre del progreso, le infligimos a nuestro sensible planeta. Pero a los políticos les votamos nosotros, les damos voz nosotros, todos y cada uno de nosotros. Deberían avergonzarse, como seguramente hicieron muchos de los asistentes a la cumbre al escuchar lo que les tenía que decir una niña, Suzuki. Un cordial saludo y gracias.
Yo no sabía que era del 92, me llegó hace poco, y me conmovió. No porque lo que dice no sea algo que, al menos para muchos de nosotros, es más que evidente, sino porque encontré en esa jovencita más criterio que en el 90% de los que manejan el mundo. Lo que me pregunto es si todas las palabras de quienes alertan desde hace tanto tiempo contra las consecuencias de tanta codicia, crueldad y estupidez, sirven de algo...
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