domingo, 21 de diciembre de 2008

Deslumbres (VI) : Ciclos del olvido colectivo

Las miles de luminarias que en estas fechas navideñas invaden las calles, los escaparates y los centros comerciales junto al bombardeo publicitario, preludian una cantidad igualmente proporcional de derroche consumista y su inmediata consecuencia: la acumulación de desechos.Nadie mejor que el propio artista español Daniel Canogar (su recomendable página web aquí ) para presentar esta serie fotográfica que bajo el nombre de "CICLOS DEL OLVIDO COLECTIVO" plantea una serie de interrogantes acerca del implacable avance del consumo desorbitado en nuestras vidas y la consiguiente cantidad de objetos y artilugios (juguetes, envoltorios, aparatos tecnológicos, etc.) que después de una efímera vida útil acaban convertidos en toneladas de escombros en descomunales basureros, sin que se sepa muy bien qué hacer con ellos, creando un verdadero problema medioambiental y ecológico.

También reflexiona acerca del hecho de cómo los medios de comunicación -paradójicamente- se apoderan de nuestra memoria colectiva ( discos duros, tarjetas de memoria, etc.) y nos aíslan como individuos al avocarnos hacia un desenfreno tecnológico que sobrepasa nuestra limitada capacidad de respuesta.

Lo que sigue es una presentación que he realizado con algunas de las fotografías de esta serie (que ya publiqué también y
hace algún tiempo en Iguales en las Tres Mil). Tras la presentación, la reflexión del propio artista. La he transcrito en su totalidad porque no tiene desperdicio (nunca mejor dicho). Pensemos en ello, nuestro planeta mundo algún día nos agradecerá el gesto. Aún tenemos tiempo.



Ciclos del Olvido Colectivo” es una serie de 10 imágenes en las que se contemplan cuerpos desnudos atrapados entre objetos de consumo encontrados en basureros y centros de reciclaje. La serie es una reflexión sobre el exceso visual, y las dificultades que esta inflación icónica genera para el quehacer artístico, un problema con el que ya los artistas pop tuvieron que lidiar. Tuve claro desde el principio que la representación del exceso debería ser formalmente excesiva. Los residuos y basuras son una excusa para intentar dar respuesta a un problema visual que me preocupa especialmente: ¿Cómo podemos simbolizar una realidad que nos bombardea incesantemente con información? Los medios de comunicación de masas nos someten diariamente a una catarata de imágenes que apenas podemos absorber. Tengo la certidumbre de que una sociedad que no consigue procesar su entorno se vuelve psicótica. El arte tiene aquí una función especialmente terapéutica. Es un espacio de reflexión que ayuda al sujeto a sujetarse, y a encontrar un espacio propio en las arenas movedizas de la realidad contemporánea.
Según avanzaba con el proyecto, me di cuenta de que había una cierta coherencia simbólica en los materiales elegidos. Uno de los temas más recurrentes es el de la memoria. En varias obras surge la confrontación de la memoria tecnológica con la humana. La abundancia de información registrada en los discos duros, o la grabada en las bandas magnéticas de vídeo y audio, anula al ser, que progresivamente siente cómo esta información sustituye las memorias fundacionales de su propia identidad. Los juguetes de “Ciclos del Olvido Colectivo” también hacen referencia a la memoria, en este caso infantil. Otro tema sugerido repetidamente es el de la comunicación: los montones de cables, circuitos electrónicos y teléfonos hacen referencia a la saturación comunicativa de nuestra sociedad, que al final no hace más que separarnos a los unos de los otros. No es casual que los cuerpos representados estén siempre aislados, sin posibilidad alguna de contacto.
Daniel Canogar

1 comentario:

Cristina dijo...

Hola Manuel, quería felicitarte por el trabajo que estás haciendo en este blog, más personal y muy interesante, me lo apunto!
Felices fiestas!!
Cristina Navarrete