domingo, 8 de agosto de 2010

10 años: la blanca dulzura del arte contemporáneo




La fotografía que encabeza este post la hice hace tiempo pensando en cómo ilustrar uno de mis haikus en un tiempo en que escribir estos breves y entrañables poemitas japoneses de 17 sílabas se convirtió para mí en una necesaria terapia tras el fallecimiento de un ser querido:

El tiempo pasa
se deshace el azúcar

sobre el café


Pero no es de haikus de lo que trata este post: Trata sobre fortunas , arte contemporáneo…y terrones de azúcar. Deleitándome nuevamente ante el lento desmoronamiento de un terrón de azúcar sobre la cucharilla de café y leyendo por ahí que ahora la prestigiosa Tate Modern celebra sus diez añitos alzada sobre las negras aguas del Támesis, recordé algo que ví tiempo atrás en Londres, en ese mismo templo del arte Contemporáneo que es actualmente la Tate Modern, hermana gemela y postmoderna de la Tate Gallery, ubicada en la otra margen del río (ría, en realidad) frente a la imponente cúpula de St Paul, en un impresionante edificio vestigio post-industrial del pujante Londres del siglo XIX, la "Bankside Power Station" que los reputados arquitectos suizos Herzog & de Meuron comenzaron a transformar en un icono del arte moderno a partir de los años 90, casi una obra de arte en sí misma,


(Foto: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/03/Tate_Gallery%2C_London.jpg)

El caso es que cuando en aquellos años visité este nuevo templo de la modernidad artística (se inaguró en el año 2000) , una gigantesca instalación ocupaba una de la inmensas salas de turbinas de la planta baja. Dicha instalación consistía en enormes montañas y laberintos con más de 14.000 piezas en forma de cubos blancos traslúcidos apilados unos sobre otros como se observa en la fotografía de la izquierda . No recuerdo quien era su autor,/a ni indagué mucho acerca de la obra ni sus intenciones, fruto de las prisas y la fatiga intrínseca a la vida del sufrido turista cultural. Lo que sí creo intuir ahora es el previsible simbolismo de estas montañas de cubos blancos de poliéster. Tal vez sean fabulaciones y tal vez no fueran las intenciones de el/la artista , pero se me ocurre que en realidad simbolizaban esos familiares terrones de azúcar en honor del fundador de Tate Modern y restantes predecesoras: la Tate Gallery (1897), la Tate Liverpool (1988) y la Tate St. Ives (1993). Tras todas ellas está la figura que les da el nombre y su existencia : el coleccionista y magnate de la industria azucarera Henry Tate. Cuentan las fuentes que su fortuna ( y paralelamente su pasión por el coleccionismo artístico) empezó a a engrosarse a partir de adquirir la patente para la fabricación de los populares y modestos…terrones de azúcar. ¿Comprenden ahora? Queriendo saber algo más acerca de este señor leí que, cuando tenía 13 años, se convirtió en aprendiz de tendero en Liverpool. Tras siete años de aprendizaje, fue capaz de crear su propia tienda. El negocio fue todo un éxito, y creó una cadena de tiendas con sólo 35 años. En 1859 Tate se convirtió en socio de John Wright & Co. que era una refinería de azúcar, y vendió su negocio de ultramarinos en1861. Para 1869, había tomado el control de la compañía de la que era socio, y la rebautizó como Henry Tate & Sons. En 1872 adquirió la patente Langen, para hacer terrones de azúcar, y en ese mismo año construyó una nueva refinería en Liverpool.

Me dió por pensar que como tantas veces ha ocurrido, que todas estas grandes fortunas y el gran auge industrial y cultural que propulsaron tuvieron su origen en las explotaciones ( en este caso azucareras) de las colonias británicas de ultramar con la “inestimable” mano de obra de una esclavitud aún vigente en lo que se refiere a la explotación laboral, política, económica y cultural de dichos territorios. Esto tal vez no esté del todo escrito en ninguna historia oficial.

Pero he aquí que, en ¿otro? orden de cosas, me sorprenden cierto datos biográficos de su labor benefactora y social, fruto de su inmensa fortuna . En 1889 donó su colección de 65 pinturas contemporáneas al gobierno con la condición de que las proporcionase una galería adecuada donde exponerse, para lo que donó 80000 libras. La Galería Nacional de Arte Británico, más conocida como Tate Britain, abrió el 21 de julio de 1897, donde antes estuvo una cárcel , la Millbank Prison. Rehusó en varias ocasiones ser nombrado caballero, hasta que le dijeron que si lo volvía a hacer sería considerado una falta de respeto hacia la Familia Real, así que ahora ostenta el título de Sir Henry Tate. Cosas de la flema británica y sus sires.

Asimismo el señor (perdón, Sir) Tate hizo muchas otras e importantes donaciones economicas a la Universidad de Liverpool, al Bedfor College para mujeres, a la biblioteca del Manchester College, en Oxford, al Hahnemann Hospìtal de Liverpool, etc.

Mientras tanto, ya el azúcar se desvaneció sobre el fondo oscuro del café. Antes de todo eso, hizo rico al señor Henry Tate y llenó de blanca dulzura al arte de la cuidad del oscuro y sucio Támesis. La vida sigue, dulce y amarga, blanca y negra.

Actualización: tras redactar el post encontré este sitio donde analiza la instalación mencionada en la Tate Modern y da ciertos detalles sobre la misma y su- ahora sí-autora, Rachel Whiteread : Embankment : Rachel Whiteread

3 comentarios:

Kanif dijo...

Sí, como casi todo en la vida, también el arte lo pagan los esclavos con su sudor. Este Tate era otro filántropo como nuestro Bill Gates

Cristina dijo...

removiendo yo también mi café he visto con otros ojos el terroncito de azúcar que lo endulzaba. Puede que muchos esclavos trabajaran para el señor Tate, pero el legado que ha dejado lo estamos disfrutando muchas generaciones de "turistas culturales" ¿cuánta gente utiliza ese dinero para su propio beneficio? (esa señorita, llamada Paris Hilton, es el caso más sangrante). Gracias, Manuel, me has endulzado mi calurosa mañana.

Manuel dijo...

Kanif: de hecho. Cuando hablábamos del señor Microsoft aquel día camino del Pisueña, ya estaba dándole vueltas a este post.
Cris: Me alegro que el post al menos te haya servido para tan noble causa.
Un cordial saludo a los dos.