Este maravilloso vídeo, "The Beauty of pollination", me ha hecho recordar un tiempo de juventud donde estuve trabajando durante varios veranos con un colmenero amigo de mi familia, para poder costearme en algo los estudios de Bellas Artes. Fue una experiencia muy dura pero apasionante. "Para la abeja una flor es una fuente de vida, para la flor una abeja es una fuente de amor" creo que me dijo -o me leyó de no se dónde- alguna vez Sebastian el "Cepa", que así se llamaba el tal colmenero. Por eso, y con aquel recuerdo zumbándome en la cabeza, me apetece hoy -en pleno invierno, puede parecer extraño- hablar de ese espectáculo fabuloso de la naturaleza que es la polinización.
Por eso y también porque en aquella época leía con interés al viejo anarquista y naturalista ruso Kropotkin (en concreto, su gran ensayo "El apoyo Mutuo", dejo PDF para quien quiera curiosear) y porque la vida diaria de las abejas y las flores, quitando algunas "esclavitudes" de su condición animal o vegetal, nos enseña, extrapolando su ejemplo, a trabajar por el bien común, a convivir en sociedad o en líneas más generales, a respetar las leyes naturales y el medio ambiente. Sin embargo, hablamos con frecuencia de "colmena" en negativo, para referirnos a multitudes "emborregadas" o "hacinadas" en aglomeraciones urbanas. Somos así de desagradecidos.
Sí, recuerdo que el interior de una colmena era asombroso, hipnótico casi con ese ir y venir constante, ese brutal zumbido de miles de enfurecidas abejas o ese olor dulzón de la cera, la jalea y la miel alrededor ; la naturaleza misma en su conjunto es asombrosa, una crónica de instantes que casi rozan la magia y la poesía absoluta. Las flores y los insectos constituyen el más claro ejemplo de mutualismo entre el reino animal y el vegetal. Las bellas imágenes del vídeo lo corroboran por sí mismas.
En la nombrada y (mas que nada) espectacular película "Avatar" vimos a unos seres extraños y azules que se "conectaban" literal y biológicamente con las plantas, las flores e incluso, los animales. Nosotros muy lejos de eso, al ser una especie en un inquietante "peligro de expansión", a unos los hemos ido apartando de nuestro camino, exterminándolos poco a poco , dejándolos sin sus hábitats o poniéndolos en serio "peligro de extinción" y a las otras, las plantas y las flores las hemos tratado algo mejor, pero sólo por su "apariencia" como preciados objetos de belleza, ricos en simbolismos y mitologías (narcisos, rosas, orquídeas, crisantemos, etc) , no como "milagro biológico" y eso será por el mero hecho de que siempre las hemos tenido alrededor, siempre y sin nada a cambio, nos han ofrecido cada primavera una explosión de vida y color en nuestros campos y jardines.
Miles de años de evolución de plantas e insectos que han tenido que adaptarse unos a otros mutuamente, de modo que ambos consiguen grandes ventajas con ello. Cada primavera las flores inician la más espectacular de las revoluciones. Si el color, la elegancia, la gracia y la fragancia de las flores nos seducen, atraen y despiertan nuestra sensibilidad, dentro del universo natural no están concebidas para representar nuestros sentimientos o incitar a la poesía o el haiku, sino para atraer, seducir e incluso, engañar de mil sorprendentes maneras a los insectos (hay más de un millón de especies en el mundo) polinizadores, que hacen de valiosos intermediarios en este proceso de gestación de la vida vegetal.
El término polinización científicamente hace referencia al desplazamiento o trasiego del polen desde una flor que lo produce, a otra flor de su misma especie, en principio, que lo recibe. Este fenómeno tan corriente, tan sencillo a primera vista, tan intrascendente para gran parte de la gente, trae asociado unas consecuencias inmediatas y de gran importancia, como son la formación del fruto, de una importancia vital en la agricultura y la formación de la semilla, que le servirá al vegetal para perpetuar su especie y multiplicarse. Y el resto de la cadena ya lo sabemos: el oxígeno y en definitiva, la posibilidad de la vida.
Por eso y también porque en aquella época leía con interés al viejo anarquista y naturalista ruso Kropotkin (en concreto, su gran ensayo "El apoyo Mutuo", dejo PDF para quien quiera curiosear) y porque la vida diaria de las abejas y las flores, quitando algunas "esclavitudes" de su condición animal o vegetal, nos enseña, extrapolando su ejemplo, a trabajar por el bien común, a convivir en sociedad o en líneas más generales, a respetar las leyes naturales y el medio ambiente. Sin embargo, hablamos con frecuencia de "colmena" en negativo, para referirnos a multitudes "emborregadas" o "hacinadas" en aglomeraciones urbanas. Somos así de desagradecidos.
Sí, recuerdo que el interior de una colmena era asombroso, hipnótico casi con ese ir y venir constante, ese brutal zumbido de miles de enfurecidas abejas o ese olor dulzón de la cera, la jalea y la miel alrededor ; la naturaleza misma en su conjunto es asombrosa, una crónica de instantes que casi rozan la magia y la poesía absoluta. Las flores y los insectos constituyen el más claro ejemplo de mutualismo entre el reino animal y el vegetal. Las bellas imágenes del vídeo lo corroboran por sí mismas.
En la nombrada y (mas que nada) espectacular película "Avatar" vimos a unos seres extraños y azules que se "conectaban" literal y biológicamente con las plantas, las flores e incluso, los animales. Nosotros muy lejos de eso, al ser una especie en un inquietante "peligro de expansión", a unos los hemos ido apartando de nuestro camino, exterminándolos poco a poco , dejándolos sin sus hábitats o poniéndolos en serio "peligro de extinción" y a las otras, las plantas y las flores las hemos tratado algo mejor, pero sólo por su "apariencia" como preciados objetos de belleza, ricos en simbolismos y mitologías (narcisos, rosas, orquídeas, crisantemos, etc) , no como "milagro biológico" y eso será por el mero hecho de que siempre las hemos tenido alrededor, siempre y sin nada a cambio, nos han ofrecido cada primavera una explosión de vida y color en nuestros campos y jardines.
Miles de años de evolución de plantas e insectos que han tenido que adaptarse unos a otros mutuamente, de modo que ambos consiguen grandes ventajas con ello. Cada primavera las flores inician la más espectacular de las revoluciones. Si el color, la elegancia, la gracia y la fragancia de las flores nos seducen, atraen y despiertan nuestra sensibilidad, dentro del universo natural no están concebidas para representar nuestros sentimientos o incitar a la poesía o el haiku, sino para atraer, seducir e incluso, engañar de mil sorprendentes maneras a los insectos (hay más de un millón de especies en el mundo) polinizadores, que hacen de valiosos intermediarios en este proceso de gestación de la vida vegetal.
El término polinización científicamente hace referencia al desplazamiento o trasiego del polen desde una flor que lo produce, a otra flor de su misma especie, en principio, que lo recibe. Este fenómeno tan corriente, tan sencillo a primera vista, tan intrascendente para gran parte de la gente, trae asociado unas consecuencias inmediatas y de gran importancia, como son la formación del fruto, de una importancia vital en la agricultura y la formación de la semilla, que le servirá al vegetal para perpetuar su especie y multiplicarse. Y el resto de la cadena ya lo sabemos: el oxígeno y en definitiva, la posibilidad de la vida.
Por eso, ver a los insectos trajinar y polinizar entre las flores es un espectáculo digno de una superproducción, la de la vida. Piensen en eso. Pero ¿Qué pasaría si desaparecieran por ejemplo, las abejas? Este vídeo puede darnos una idea de la catástrofe.
Y cierro, como empecé, con poesía, con cinco haikus, cinco crónicas de pequeños instantes (no muy ortodoxos en su métrica pero sí metidos en su "cápsula de poesía" como los llamaba Octavio Paz ) dedicados a esta magia alada en miniatura que son precisamente, las mariposas.
I
La felicidad debe ser esto:
dos alas volanderas
en la fugacidad de un instante.
II
Sobre las flores del rocío
las mariposas
liban al vuelo los suspiros.
IIISobre las flores del rocío
las mariposas
liban al vuelo los suspiros.
Simetría perfecta
en un mundo
descompensado de belleza.
IV
Vida efímera,
fatalmente escrita
en el esplendor de tus alas.
Vida efímera,
fatalmente escrita
en el esplendor de tus alas.
V
Hasta en su huida
la mariposa
parece no tener prisa.
4 comentarios:
Precioso Manu, estoy contigo y me gustará ojear el PDF que nos dejas. Las mariposas y los haikus me han recordado a un haiku que hizo mi hija Elisa. Aquí lo dejo para compartir:
Los pensamientos
son mariposas
en el valle de la mente.
Un abrazo y gracias
Precioso el vídeo y preciosa toda la entrada. Gracias.
No sabía todo esto, gracias.
"Hasta en su huida
la mariposa
parece no tener prisa."
Me han encantado esos tres versos, o mejor dicho, el instante que reflejan esos tres versos.
Pienso que a veces nos hace falta tener un reencuentro con los momentos, con las pequeñas cosas. Construir un universo con la imaginación a partir de un granito de arena.
Bueno, un abrazo ¡¡¡
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