viernes, 20 de mayo de 2011

El tsunami social de #spanishrevolution


Incluso en esta apartada isla bloguera es imposible no quedar sacudido por este terremoto de indignación social que recorre de punta a rabo pueblos y ciudades de nuestro país y como réplicas en aumento, en parte de Europa y Latinoamérica. Sacudida producida por el eco social y reivindicativo de miles- millones ya- de voces que están hartas de tanta prevaricación, de tanta corrupción en las esferas de la política y de la banca nacional e internacional. Voces ciudadanas ante la que es imposible no emocionarse, no sentir ese cosquilleo que sólo se siente en momentos especiales de nuestra historia...



Hartas de que esta última en beneficio propio hipoteque la vida y los sueños de millones de ciudadanos, hartas de ver cómo han sido anuladas de la esfera pública, ninguneadas en las decisiones que afectan a sus vidas, a sus barrios, a sus pueblos, a su futuro...
hartas de ser ratones en Mouseland que tienen siempre que decidir entre gatos blancos o negros a quienes votar y que sólo se diferencian en la forma en que van a ser descaradamente engañados para ser devorados.

Y encima, demostrando al mundo y a la clase política en particular que la comunicación, el respeto y la transparencia son las bases para encontrar soluciones y llegar al consenso. Organizando acampadas, asambleas, utilizando colaborativamente las redes e internet para universalizar las acciones, los procesos,....

Hay quien quiere ver en esta
#spanishrevolution una simple pataleta juvenil de ociosos estudiantes que tuitean revoluciones con el iPhone, hippies desencantados que fuman marihuana o medios de comunicación que en su obcecada ceguera se empeñan en defender que es una sucia estrategia para reventar la campaña electoral. Pero se equivocan y mucho. Es mucho, mucho más: hay intervenciones ciudadanas en las radios y emisoras locales, se crean torbellinos de hashtags (#acampadasol, #acampadavalencia, #acampadabcn ,#acampadasevilla, etc.) para cada lugar y ocasión, para unificar acciones ( #democraciarealya, #spanishrevolution, #nonosvamos, #yeswecamp, #notenemosmiedo, #juntaelectoralfacts, #esunaopcion, #tomalaplaza, etc.) se elaboran manifiestos colaborativos, se usa el móvil, el streaming o las retransmisiones en directo para que todo el mundo y en tiempo real sepa lo que está pasando y se sienta en la cercanía o en la distancia partícipe del cambio y del momento histórico que a velocidad de vértigo estamos viviendo. Una lección de ciudadanía en toda regla que ha traspasado nuestras fronteras y ha encontrado eco y réplica con pequeñas y grandes acampadas en gran parte de las grandes ciudades de Europa...



Porque lo que se pide es un poco de cordura, un cambio, una nueva forma de entender la política desde la ciudadanía y el sentido común. Casi nada y casi todo...
Y creemos que estamos preparados. Tenemos los medios necesarios, cultura y asesoramiento (abogados, periodistas comprometidos como periodismohumano o Ignacio Escolar, etc.) y lo que es más importante, ilusión y una rabia contenida y acumulada durante años y años de ineptitud política que hacen que estalle la patata caliente, que hacen que sintamos que aquí y ahora es el momento de intentarlo porque la indignación no conoce de edades, no entiende de clases, sólo sabe que la unión hace la fuerza, nuestra fuerza...

En un excelente artículo de Delia Rodriguez para El País, Los virales de la #spanishrevolution, podemos hacernos una idea bastante acercada de las dimensiones de este ilusionante, ahora sí, tsunami social.

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