Este famoso vídeo que acaban de ver -un hito en la larga y fatigosa lucha por los Derechos Humanos- puede que tenga los días contados y haya que pagar para verlo u oírlo. ¿Puede la todopoderosa Sony comprar y echar candados a los sueños de la humanidad? Ellos -en su prepotencia- creen que sí, pretendiendo gestionar nada más y nada menos que los sueños de Martin Luther King. JuanLu Sanchez del portal Periodismo Humano lo contaba en este artículo de lectura más que recomendada. Vaya por delante este fragmento:
"El discurso ‘I have a dream’ de Martin Luther King, uno de los más importantes de la historia de los derechos civiles, tiene copyright y cancerberos dispuestos a protegerlo con celo: la discográfica EMI llegó a un acuerdo en 2009 con los herederos de King y para encargarse de que nadie use ese material sin pasar por caja.
Y viene al caso que este fin de semana, en el apasionante y efervescente marco educativo del #EABE12 y de la mano del colectivo Tempura Artes Escénicas -junto al apoyo logístico y audiovisual de varios compañeros de ZEMOS98 - quienes tuvimos la inmensa suerte de estar allí fuimos invitados de la mano de los sueños de Luther King a romper candados y a soñar, con una chispa de sana y lúcida locura escénica, con este colofón performativo de las emotivas e intensas jornadas desarrollada durante los días 9 y 10 de marzo en esa bella ciudad rebosante de historia que es Carmona. Un sueño soñado en voz alta y clara, recitado, cantado casi, fruto de otros muchos sueños colectivos, grandes y pequeños, presentes y ausentes, visibles e invisibles.

Un gran sueño de hacer de la educación un mejor lugar que el que tenemos, donde la emoción, la sensibilidad, la creatividad, las tecnologías, la colaboración y el conocimiento se dan la mano, un lugar donde sentar las bases para un mundo mejor. Ni Sony ni nadie nos lo va a quitar. Yo tengo un sueño y ese sueño estuvo bien visible, se tocaba con la punta de los dedos, flotó en el #eabe12 como ese sol espléndido del sur que pudimos disfrutar todos y todas.
Gracias a quienes aportaron su granito de arena, su tiempo y su ilusión para que esto sucediera y se expandiera más allá de paredes, papeles y aulas. Y gracias a quienes, sin pedir nada a cambio, estuvieron allí soñando -y ya construyendo sus cimientos- un mundo mejor. Gracias.