martes, 13 de noviembre de 2012

Collages y pespuntes


Unos de mis viejos dibujos de 1998 que andan rodando por mi estudio. De la época en que hacía pequeños collages con retales de papeles encerados y dibujos desechados de búsquedas y experimentos fallidos.  Acordándome del placer que me suponían hacer estos collages que no me gustaba pegar sino coser a base de pequeños pespuntes con hilo de cáñamo. Restos de ovillos y una aguja "capotera" que aún tengo  y que heredé de mi madre,  gran costurera y artista a la fuerza. Tengo algunos dibujos hechos así, cosidos a trozos que son como nuestra memoria, hecha de retales hilvanados por la aguja del tiempo. Crecí escuchando esa música familiar  del pedaleo de la vieja  y negra máquina de coser Singer,   con aquellos arabescos dorados que  me encantaban,  ya desgastados por  el uso y los años. Jerseys, pantalones, "tabardos" y otras prendas que nos vestían de niños salían de esa entrañable máquina y del sabio hacer de las manos y arte de mi madre. Es añoranza, eso es todo. Cierro los ojos intentando escuchar ese ruido, ese recuerdo. 





1 comentario:

Aída dijo...

Ay Manuel!

Me he emocionado porque recordé días sonoros de mi infancia, con mi abuela, que a puro pedaleo y con creativividad y amor, transformaba retales en lo que le apetecía.

Por cierto, también a Pedroni (un poeta de mi provincia) y su poema:

Máquina de coser

"Siempre me ha gustado dormirme
oyendo llover.
¡Por eso tu rumor es mi recuerdo,
oh, máquina de coser!

Formaste con la bulla de la pava
y el picotazo de las tijeras,
el tríptico de nanas
de mis horas primeras.

Durante muchos años,
apenas recogido,
lloviste a chaparrones
tu lluvia en mis oídos.

Lluvia que a la mañana aparecía
florecida en vestidos."

¡Gracias por tu evocación!
Un abrazo "chirriante",
Aída