jueves, 12 de marzo de 2009

Otra vez la misma historia ¿ Qué está pasando ?

Sí, otra vez. Ha vuelto a ocurrir. Pensábamos que estas cosas sólo pasan en los Estados Unidos (la última: Universidad de Virginia, 2007: el estudiante surcoireano de 23 años Seung-Hui Cho mata a 32 alumnos ) . Pero también en Europa. Esta vez ha sido en Alemania, como antes lo fue en Escocia (Dumblane, 1996: 16 niños muertos) y en Finlandia por partida doble ( Tusula, 2007: un alumno anuncia su matanza en Youtube y asesina a 8 personas en un instituto. Kauhajoki, 2008: Otro estudiante de 22 años mata a tiros a nueve compañeros. Usaba internet para difundir mensajes violentos ). Mismamente en Alemania hay otro siniestro precedente en Erfurt , 2002: un joven de 19 años mata a la subdirectora, a 12 profesores, a una secretaria y a dos alumnos de su instituto en venganza por...una expulsión.

¿Qué está pasando para que un chico de 17 años mate a 15 personas ( nueve alumnos , tres profesores, un jardinero y dos transeutes) en una espiral de sangre y horror que comenzó en su antigua escuela y acabó a 40 kilómentos, para suicidarse finalmente, como la mayoría de sus macabros predecesores?

¿ Qué esta pasando para que, casi sincronizadamente con el chico de Winnenden en alemania , un señor de Alabama salga de su casa y mate a todo el que se cruza por el camino, incluida su propia madre, sus abuelos y dos tios, junto a tres personas más que salían de una tienda, a la mujer y al hijo menor de un sherif local hasta el total de 10 víctimas?

Somos una especie contradictoria capaz de lo mejor y de lo peor, como una copa de miel y cicuta, no del todo dulce, no del todo amarga , como diría el gran biólogo francés Jean Hamburger. Estas cosas me indignan y preocupan . Tal vez porque soy profesor e intento encontrar explicaciones racionales a estas espirales macabras de violencia irracional. Hay gente y estudios que apuntan a las familias desestructuradas, a las drogas y a los videojuegos violentos, pero también al desencanto, a la incomunicación, a la falta de autoestima , al fácil acceso a las armas , a la cultura audiovisual violenta en la red y a tantas otras posibles causas sociales y psicológicas que pueden llegar a ser el caldo de cultivo propicio para desencadenar estas masacres de violencia desproporcionada.

La imagen que encabeza el post ( y que me perdone el bueno de Magritte por la manipulación de su famoso cuadro) la utilicé hace tiempo para otro post en Iguales en las Tres Mil a raíz, precisamente de la masacre de Virginia, como reflexión sobre las posibles raíces o causas de la violencia.

1 comentario:

Javier López dijo...

Muchas veces la prensa (principalmente a través de televisión) da las noticias con un grado de naturalidad e indiferencia que parecen quitar hierro al asunto. Sobre el tipo éste de la masacre, no he parado de escuchar hablar de "el joven". Yo creo que la palabra "juventud" indica una normalidad que nada tiene que ver con alguien que hace algo así. Ese tío o es un perturbado o un canalla, una de dos. Lo que no se puede hablar de él es con toda normalidad, como si cualquier "joven" pudiera cometer tal atrocidad. Los medios nos acostumbran a que todo el mundo es "presunto" (aunque te cojan con la víctima a tus pies y las manos ensangrentadas) y se le quita a todo importancia.
Creo que hay que llamar a las cosas por su nombre y que la gente sepa distinguir lo que no es normal...